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Historia del sitio web MNHN
Originalmente, la colección de paleontología del Museo estaba integrada casi exclusivamente con vertebrados fósiles del Cuaternario (Pleistoceno) uruguayo, integrada con los materiales de la colección privada de Larrañaga y los colectados por Vilardebó y Bernardo P. Berro en 1837. Lamentablemente ninguno de estos restos se ha conservado. El material más antiguo que se preserva corresponde a restos fósiles donados por el Presidente de la República, Joaquín Suárez, en 1867.
La consolidación de la colección de paleontología se produce alrededor de 1931 cuando Lucas Kraglievich se radica en nuestro país y con su entusiasmo logra la donación de algunas colecciones privadas como las de Catalina Beaulieu y de Cobhan. Años después se recibe parte de la coleción de A. Teisseire. Hacia fines de los años '50 se hace cargo del Departamento de Paleontología J. C. Martínez-Macchiavello, quien reordena y cataloga toda la colección (1955-1959), que hasta ese momento carecía de un catálogo propio.
A partir de 1965, A. Mones se encarga honorariamente de la colección y en 1971 ingresa como funcionario al Museo, incrementando el número de especímenes e incentivando la donación de la excelente colección privada del Colaborador Honorario L. R. Castiglioni. Más recientemente, se incorpora como Colaborador Honorario A. Rinderknecht, quien ha hecho valiosos aportes a la colección y su mantenimiento.
Recientemente, el acervo se vio incrementado en forma importante al incorporarse los aproximadamente 40.000 restos fósiles de la Colección Francisco Oliveras, como consecuencia de la fusión con el ex-Museo Nacional de Antropología.
Además de los ejemplares-tipo que la colección preserva, entre las piezas de mayor interés figuran huevos de dinosaurios Titanosauridae del Cretácico superior del Uruguay (foto 1), cráneos de los roedores más grandes del mundo, pertenecientes a los períodos Mioceno y Plioceno, y el único resto de astrapoterio del Uruguay, grupo de mamíferos extinguidos sudamericanos, de gran tamaño,que se extinguieron en el Mioceno (foto 2).
Foto 1 Foto 2
Cráneo de Toxodon platensis, de ca. 70 cm de largo. Este mamífero herbívoro, del orden de los Notoungulados, es característico del Cuaternario sudamericano y fue encontrado por primera vez por Charles Darwin, cuando visitó el Uruguay en 1833. Su aspecto era similar al de un rinoceronte, aunque no está demostrado que esta especie poseyera cuernos nasales o frontales, estimándose su peso en alrededor de una tonelada. En las figuras se observa el cráneo de uno de estos ejemplares y un dibujo como referencia de su aspecto en vida (de un original de Paul Magne de la Croix).
Los gliptodontes son mamíferos acorazados emparentados con las "mulitas o armadillos" actuales, que se extinguieron hacia fines del período Cuaternario hace unos 10.000 años. Estos animales poseían una coraza rígida, es decir, sin las bandas móviles que caracterizan a las mulitas y se calcula que pesaban alrededor de 2 toneladas.
En el Uruguay hay registros de estos animales desde el Mioceno superior hasta el Pleistoceno terminal, representados por lo menos por una docena de géneros. Generalmente se distinguen por la ornamentación del estuche caudal (figura 1) o de las placas de la coraza.
A modo ilustrativo, la figura 2 corresponde a una de las especies más comunes en Uruguay (Glyptodon clavipes), la que se distingue por la ornamentación de las placas en forma de roseta con una figura central grande y seis o siete periféricas de menor tamaño.
La figura 3 muestra otra especie del Pleistoceno sudamericano (Panochthus tuberculatus), cuyas placas están ornamentadas por numerosas figuritas redondeadas, las cuales se diferencian notablemente de las anteriores. Corazas parcialmente reconstruidas se exhibían en nuestras salas de exposición.
Contacto: Andrés Rinderknecht - andres.rinderknecht@mec.gub.uy